miércoles, 21 de febrero de 2018

POR ESO CAMINO


¿Acaso os lo he pedido alguna vez?
No necesito banderas, no entiendo las fronteras
no quiero seguir tradiciones y costumbres
cuya extinción haría más soportables los días
no quiero aprender vuestros himnos
no quiero repetir vuestros salmos.

Mi casa está cerrada al odio
y mis ojos y mis pasos quiebran ante
vuestras sentencias, ya que todo
sabéis y juzgáis.

Busco el silencio,
busco un vacío que envuelva
el rumor de las terrazas,
el murmullo de las barras, de los televisores

                                                           sabed
que aquello que escupís en la pantalla
la foto del arroz con bogavante
los gintonics en macetas de cristal
se deshace frente al gesto que ilumina
la miseria vertida en el hermano
el agua estancada en los ojos de sus hijos
mientras posáis firmes ante cánticos heredados
que celebran la casualidad de los alumbramientos.



Por eso camino con auriculares
mirando al suelo.
No entro en un juego
cuyas reglas conozco
mejor que vosotros.

Ni siquiera sabéis
que yo escribí la mayoría.

Sí, he sido el peor
he odiado como no podéis imaginar
y me he precipitado por laderas
en cuyas rocas se desangrarían
todos y cada uno de vuestros ideales
si no estuvieran ya vacíos.

Así que no me deis lecciones
y dejadme en mi retiro de ficción
donde todo es más real.

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